¿Un masajito en la playa?

En el artículo de hoy hablaremos sobre el intrusismo creciente que se lleva a cabo en nuestras playas por parte de masajistas no sanitarios.

A pesar de las reiteradas denuncias efectuadas por los fisioterapeutas en los últimos años, cada verano se incrementa el número de individuos, en su mayoría de origen asiático, que realizan estas prácticas con el consiguiente riesgo que supone para los bañistas.

¿Qué es el intrusismo profesional en fisioterapia?

Según la legislación española, el hecho de que una persona se haga pasar por un profesional titulado cuando no lo es, es un delito penal, tipificado con pena de cárcel.

En otras palabras, el intrusismo profesional en Fisioterapia supone hacerse pasar por un Fisioterapeuta (publicitándose y/o realizando las acciones propias de un fisioterapeuta) sin tener la titulación que lo acredite.

¿Es lo mismo un fisioterapeuta que un masajista?

No lo es, ser masajista es un oficio y no una profesión regulada ni titulada. Por lo tanto, no es una profesión sanitaria, por lo que no pueden tratar patologías ni hacer ningún tipo de actuación terapéutica que pueda confundir a la población.

La fisioterapia es, por lo tanto, una profesión, regulada por una titulación universitaria y los fisioterapeutas están obligados a pertenecer a su Colegio Profesional, con el fin de dar todas las garantías posibles a los usuarios de los servicios de fisioterapia, todo ello regulado por una Ley nacional (Ley 2/1974, de 13 de febrero) y una Ley autonómica (Ley 19/1997, de 11 de julio), y la propia de la Institución (Ley 10/1997, de 14 de abril).

¿Qué riesgos puedo correr si decido ponerme en manos de estas personas?

La superficie no es la idónea

Echarse sobre una toalla, sobre la superficie ondulada e irregular de la arena no es lo adecuado. El masaje más típico, el de espalda, siempre debe realizarse tumbado sobre una camilla o sentado en una silla ergonómica (en el caso de las mujeres embarazadas). El paciente se coloca boca abajo, con la cara reclinada sobre un orificio, y provisto de elementos correctivos, como un cojín en el abdomen o un rulo para elevar las piernas y colocarlo en una postura con la que se sienta cómodo.

El masaje puede estar contraindicado

No se puede realizar si hay un proceso infeccioso o tumoral, fiebre, ciertas lesiones agudas o si se toman medicaciones como los anticoagulantes, ya que, al practicar maniobras agresivas, se pueden provocar hematomas.

La ausencia de medidas higiénicas

El lavado de manos es fundamental para evitar la transmisión de infecciones. Así, si se ha estado en contacto con unos pies con hongos u otro problema cutáneo, y acto seguido se da un masaje a otra persona sin haberse lavado las manos, se pueden contagiar infecciones fúngicas o dermatitis. En una consulta, los fisioterapeutas no solo son escrupulosos con el lavado de manos y otras medidas higiénicas, sino que utilizan productos desinfectantes.

 

Un masaje mal hecho puede ser perjudicial

Puede dañar y producir problemas musculares o articulares (inexistentes hasta ese momento) o agravar los que ya se tenían.

Este verano, evita riesgos innecesarios, acude a tu profesional colegiado y preparado para ayudarte con tu patología.

Desde Hegoa Fisioterapia os deseamos un feliz verano.

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